Al ver brotar y crecer todas las plantas a nuestro alrededor esta primavera, me he acordado que las habilidades nuevas, en muchos aspectos, son como las plantas. Una semilla no se convierte inmediatamente en una flor. Tiene que pasar primero por muchas etapas. Al mismo modo, si está ayudando a un/a niño/a a aprender algo nuevo, como compartir, por ejemplo, ¿cómo puede ayudar a que esta habilidad nueva pase de una semilla a una flor?
Siembre la semilla. Si quiere que aprenda algo nuevo su niña, debe enseñarle de antemano lo que quiere que haga. Esto representa la etapa de sembrar la semilla de la habilidad nueva. Entonces, por ejemplo, si quiere que comparta con sus amigos, dividiría la habilidad en pasos simples. Podría decir algo como, “Cuando juegas con tus amigos y quieren jugar con tu juguete, puedes decir, ‘cuando termine de jugar con él, te lo pasaré’. Luego, puedes jugar por un par de minutos más y darle su turno a tu amigo. Esto es compartir.”
Deje que se despliegue la semilla. Al igual que una semilla no se convierte en una flor de la noche a la mañana, una habilidad puede tardar en desarrollarse. Es poco probable que su niño haga perfectamente algo nuevo la primera (o la segunda, o incluso la décima) vez que lo intente. Necesita tiempo y ayuda para practicar sus habilidades nuevas. Y puede que usted necesite paciencia mientras durante el proceso
Alimente la flor en crecimiento. Una planta en desarrollo necesita agua y luz para crecer al igual que su niña necesita elogios y ánimos para motivarla a seguir practicando y creciendo esta habilidad. Es muy importante reconocer el esfuerzo que está haciendo (incluso cuando todavía no haya dominado la habilidad), sobre todo si la habilidad es muy difícil. Entonces, si su niña le dice a su amiga que va a compartir su juguete, pero luego se le olvida dárselo, podría decir, “Me gusta la manera en que le hayas dicho a ti amiga que podría jugar con tu juguete en un par de minutos. Esto fue un buen comienzo. Te puedo ayudar a saber cuándo hayan pasado un par de minutos para que puedas darle su turno a tu amiga.” No criticamos a las flores por desarrollarse lentamente y cuando los niños toman tiempo para desarrollar una habilidad, en vez de decirles lo que no están haciendo bien, podemos reconocer que están haciendo un esfuerzo. Entonces, si a su niña le cuesta acordarse de compartir, podría decirle algo como, “Sé que quieres ser amigable y todavía puede ser difícil compartir tu juguete. Intentemos nuevamente la próxima vez y antes de que veamos nuevamente a tu amiga, podemos practicar juntas cómo compartir.” A veces puede ser más fácil para los niños practicar una habilidad durante un momento tranquilo en casa con su mamá o papá que en pleno juego con sus amigos. El dedicar tiempo a practicar y hacer actuaciones con su niño puede ayudarle mucho. Y al igual que algunas plantas requieren más fertilizante que otras, si su niño está teniendo dificultades para aprender una habilidad, puede ser de ayuda rastrear sus avances con un gráfico de estrellas.
¡Disfrute la flor! Una vez que haya desarrollado completamente su nueva habilidad su niño/a, asegúrese de reconocer su duro trabajo.
El ayudar a su niño/a a aprender una habilidad nueva es como cultivar un jardín: requiere tiempo y paciencia. Una vez que hayan florecido las habilidades, verá que ¡valió la pena todo el esfuerzo!