¿Cómo está? La vida se ha puesto extraño, un poco temeroso, y bastante estresante ahora. La gente está batallando con tantos estresores, algunos de los cuales han sido exacerbados durante este periodo de turbulencia, el distanciamiento físico, y la cuarentena. Sé que está haciendo lo mejor que puede, y eso es suficiente. En vista de estas circunstancias inusuales, decidimos revisitar nuestra entrada de blog sobre la resiliencia y actualizarlo para encajar con nuestra situación actual.
Cuando hablamos sobre la resiliencia, estamos hablando sobre la habilidad de enfrentar los desafíos y los cambios de la vida sin ser tumbados por ellos, y óptimamente, lograr un resultado positivo. Esto no quiere decir que no sea afectado/a, que no se moleste, o que no experimente dificultades en el camino. Quiere decir que los desafíos no lo/la aplasten, que no se dé por vencido/a ni se agrave ante las dificultades y adversidad. También es cierto que no todos responderán a la misma situación con la misma resiliencia. Todos tenemos capacidades distintas en cuanto a la resiliencia ante los estresores, y esto tiene que ver con nuestras experiencias tempranas.
El desarrollo de la resiliencia en el pensamiento
Empecemos primero con nuestra mentalidad. ¿Hasta dónde dirigimos nuestros pensamientos? Entre más nos enfoquemos en lo que no se puede saber, en la hipótesis, en el escenario peor, más desesperados, fuera de control, y ansiosos nos sentiremos.
Un factor importante en la resiliencia emocional es el sentido de tener algo de control sobre la situación. Reconocer que una situación estresante no es permanente y que tenemos la capacidad de encontrar soluciones, ayuda mucho. Esto no quiere decir que debemos sentirnos capaces de cambiar por completo la situación-solamente que hay cosas que podemos hacer para ayudarnos a lidiar con o sobrellevar la dificultad. Un sentido de control sobre nuestras vidas diarias es importante para nuestra salud mental. ¿Cómo puede ayudarse a sí mismo/a y a sus niños a enfocarse más en el momento presente? ¿Qué es lo que sí puede cambiar en la situación presente? ¿Cuáles decisiones positivas va a tomar por sí mismo/a y sus seres queridos hoy?
Cómo ayudar a los niños a emplear una mentalidad enfocada en las soluciones.
Al saber que nuestro niño está batallando con una situación difícil, es normal querer quitársele los sentimientos negativos. Podríamos abrazarlo, demostrar preocupación, o tratar de solucionar el problema. O podríamos tomar la dirección opuesta, queriendo hacerlo más fuerte, al decir “no pasa nada” o “no te sientas mal”. Si queremos tomar el marco de la resiliencia, podemos escuchar las dificultades de los niños, ayudarlos a nombrar lo que están sintiendo de una manera tranquila, y apoyarlos en el proceso de pensar en cómo proceder de una manera positiva. En esencia, está comunicándole que, “Te veo, te oigo, tus pensamientos y sentimientos me importan, y estoy aquí para ayudarte”. Puede que no podamos quitar el estresor, pero podemos ayudar a nuestros niños a aumentar sus habilidades de sobrellevar y resolver problemas, y practicar su habilidad de considerar las dificultades como desafíos en vez de sentirse impotentes ante las circunstancias difíciles.
Rutinas y horarios
Es mucho más fácil no preocuparse por las rutinas y los horarios si su horario habitual desaparece de repente. Sin embargo, las rutinas consistentes y predecibles apoyan la resiliencia en los niños, especialmente durante los momentos de grandes cambios o estrés. Esto les permite enfocar su esfuerzo en la superación y automanejo de los estresores difíciles o impredecibles, porque el resto de su mundo y rutina seguirá siendo bastante predecible. ¡Puede que se sorprenda usted también con la ayuda que le otorga una rutina consistente! Esto no quiere decir que debe programar cada minuto del día, pero intente organizar su día en rutinas distintas, la rutina de la mañana, tiempo de estudios y trabajo, descansos durante el día, ejercicio, y las comidas, por ejemplo.
Tiempo juntos, tiempo aparte
Hablando de las rutinas, ¿tiene un poco de tiempo y espacio para sí mismo/a? Cuando compartimos un espacio reducido con las mismas personas durante periodos prolongados, podemos empezar a sentirnos atascados o frustrados con las personas a nuestro alrededor. ¿Podría programar un par de minutos cada día para estar solo/a? Incluso si está en el mismo sitio, podría construir un fuerte para los demás en el salón y pasar solo/a 15 minutos tranquilos mientras duerme el bebé. O despiértese un poco más temprano para dedicar 10 minutos al enfocarse en la sensación de su respiración entrando y saliendo de su cuerpo.
Igual de importante en este momento de distanciamiento física y social— dedique tiempo a conectar con amigos y familiares. Hable por teléfono, o chatea por video con amigos y familiares. Haga que sea una parte de su rutina.
El manejo de las emociones
Cuando los niños se encuentran en situaciones en las cuales deben apoyarse en su resiliencia, el primer paso es poder manejar sus emociones y sus reacciones a las situaciones difíciles. Esto no quiere decir que no deben tener sentimientos incómodos. En cambio, quiere decir que no se dejen aplastar por los sentimientos poderosos ni que los dejen sin esperanza e incapaces de lidiar con ellos, o arremetiendo negativamente contra los demás. Este aspecto del desarrollo es muy importante y temenos otras entradas de blog aquí y aquí sobre cómo fortalecer las habilidades del manejo de las emociones y la autorregulación. Una de las mejores cosas que podemos hacer para ayudar a nuestros niños y a nosotros mismos en estos momentos es no esperar que vengan las emociones difíciles para actuar. La prevención es manejo de las emociones. Las siguientes ideas pueden usarse en el momento cuando surgen las emociones, pero los animo a ponerlas en práctica desde ahora.
- Movimiento físico – Camine al aire libre de ser posible. Practique el distanciamiento físico, evite los patios de juegos, pero intente estar en la naturaleza. También hay muchas opciones gratis en YouTube para hacer ejercicio, yoga (en español y en inglés), y actividades divertidas de motricidad gruesa. Desafíense a seguir un video de movimiento todos los días para que sea parte de su rutina, o hagan un gráfico donde pueden marcar con estrellas cada vez que haga algún tipo de ejercicio o movimiento.
- La respiración profunda y mindfulness – Tomar respiraciones lentas y profundas, enfocándose en la sensación de la respiración o realizar un escaneo corporal (body scan) para reestablecer la tranquilidad en el cuerpo.
- Cambie el enfoque de sus pensamientos. Prueba cómo cambia su estado interior al pensar en los demás, en las cosas por las cuales se siente agradecido/a, o al hacer algo lindo para otra persona.
- Ayudar, prestarse de voluntario, y hacer cosas lindas para otras personas también apoyan nuestro sentido de propósito y de comunidad, lo cual es más difícil en momentos de distanciamiento social. ¿Cómo puede seguir apoyando a los demás sin estar presente físicamente con ellos?
Autocompasión
Sobre todo, demuestra la bondad hacia sí mismo/a. Está dando su mejor esfuerzo en unas circunstancias inciertos y difíciles. Hable consigo mismo/a y consuélese de la misma manera que lo haría un buen amigo.
La resiliencia es una habilidad. Podemos seguir aumentando nuestra resiliencia y la de nuestros niños. Todos desarrollamos capacidades distintas de la resiliencia según nuestras propias experiencias anteriores y el apoyo que recibimos. La buena noticia es que podemos aumentar la resiliencia que tenemos actualmente, incluso los adultos. Con esfuerzo y consciencia, todos podemos aumentar nuestras habilidades y los de los niños que cuidamos, para que tengamos más resiliencia.
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Text: © Kids In Transition to School 2020
Image: © Bravissimos | Dreamstime.com