En nuestro último blog hablamos acerca de algunas maneras para formar una fuerte conexión con su hijo y enterarse acerca de lo que está pasando en la escuela. Pero ¿qué pasa si le dicen que las cosas no marchan bien? ¿O que no les gusta la escuela?
Puede ser perturbador escuchar que a su hijo no le gusta la escuela. Quizás se preocupa acerca de cómo le tratan los otros niños y adultos en la escuela. Tal vez se pregunta si su hijo es capaz de seguir el ritmo de la clase y si su disgusto para la escuela puede perjudicar su aprendizaje. También puede provocar en los papás memorias negativas acerca de su propia experiencia en la escuela.
Pero antes de ponerse a imaginar demasiado, respire profundamente. La transición al Kindergarten es un cambio muy grande, sobre todo para los niños que están yendo a la escuela por primera vez en sus vidas. Los niños pueden sentirse sobrecargados con las nuevas reglas y rutinas y el gran tamaño de su salón de clase. (Lo mismo puede ser cierto para niños que están empezando el middle school o la secundaria.) Los niños pueden sentir que no les gusta la escuela mientras se acostumbran a los grandes cambios. Pero esto puede cambiar cuando se adaptan a la nueva situación.
Está bien que no les guste todo acerca de la escuela. Puede haber cosas que su hijo tendrá que aprender a tolerar (algo como el comer brócoli).
Sin embargo, si a su hijo no le gusta la escuela generalmente, hay algunas estrategias que usted puede usar para entender mejor sus sentimientos negativos y poder cambiarlos. Puede ser necesario intentar más que una cosa o una combinación de ellas antes de que algo funcione.
- Tratar de conseguir más información de su hijo acerca de qué es lo que no le gusta. ¿Es algo específico? Por ejemplo, para algunos niños es muy difícil dejar de tomar su siesta durante el día. ¿Es difícil para él o ella hacer nuevos amigos? ¿Se están burlando de él o ella? Trate de conseguir toda la información que pueda acerca de lo que está pasando. Pero también tenga en mente que los niños más pequeños quizás no pueden comunicar todo lo que está pasando. Pero tampoco quiere aumentar la ansiedad de su hijo haciéndole demasiadas preguntas a la vez. Finalmente, puede ser que no hay una cosa específica que le está haciendo sentir mal. Quizás simplemente siente ansioso o infeliz.
- Hablar con el maestro de su hijo. Si su hijo no le puede decir exactamente lo que está pasando, el maestro podría ayudar. Y él o ella puede trabajar con usted para buscar soluciones una vez que encuentran la causa del problema. Recuerde que, aunque puede ser muy preocupante cuando su hijo no está contento en la escuela, es posible que no tenga nada que ver con el maestro y él o ella puede ser su mejor aliado para resolver el problema.
- Ayudar a su hijo a buscar soluciones al problema. Si el problema es más específico- como “Los niños no quieren jugar conmigo”- trate de ayudar a su hijo a buscar algunas posibles soluciones. Usted puede encontrar cuentos sobre lo que otros niños han hecho en situaciones similares (y leer juntos a la vez). A veces es útil practicar juntos las soluciones. Por ejemplo, usted puede fingir ser un niño jugando en el recreo y hacer que su hijo se acerque para practicar decir, “¿Puedo jugar contigo?”. Así le va a ser más fácil recordar qué hacer cuando está en la escuela.
- Ayudar a su hijo a enfocarse en lo que SÍ le gusta acerca de la escuela. Si el problema no es algo específico, quizás un disgusto más general, trate de no enfocarse demasiado en los sentimientos negativos de su hijo. Repasándolos sólo tiene el efecto de reforzar el disgusto. En cambio, intente hacerle poner más énfasis en lo que le gusta acerca de la escuela. Si solamente le gusta el recreo de 15 minutos, eso es un buen punto de partida.
- Decirle a su hijo lo que a usted le gustó acerca de la escuela. Puede ayudar a sus hijos saber cómo le fue a usted y qué le gustó (y no le gustó) cuando fue estudiante. Recuerde, si no le gustó ir a la escuela, no ponga énfasis en lo negativo. Quiere ayudar a su hijo a sentirse bien sobre la escuela.
- Premiar el esfuerzo de su hijo para ir a la escuela. Puede hacer una conexión fuerte entre ir a la escuela de niño y tener un trabajo de adulto. El niño tiene que aprender y por eso es su trabajo ir a la escuela. Los adultos saben que hay días cuando no queremos ir al trabajo, o hacer nuestro trabajo en la casa. Muchas veces es la idea del cheque que ganaremos o la satisfacción que sentiremos al cuidar a nuestra familia. Entonces es justo que los niños puedan ganar algo por ir a la escuela. Una recompensa no tiene que costar dinero. Un niño que siente ansioso debido a larga separación de usted podría ganar tiempo especial con su mamá o papá, jugando un juego, leyendo su libro preferido o yendo al parque después de la escuela. Un niño podría ganar una calcomanía cada día que va a la escuela sin quejas y al final de la semana podría cambiar las calcomanías por una cena especial o una noche de película. Hay muchas maneras para generar sentimientos positivos relacionados al ir a la escuela. Al final, su hijo llegará a considerar a la escuela como una recompensa por sí y no necesitará las recompensas externas. Esto es solamente una forma de ayudarlo a ver lo positiva de ir a la escuela.
- Ayudar a su hijo a hacer amigos en la clase. Tener amigos puede disminuir el temor de ir a la escuela y darle a su hijo algo bueno que puede anticipar día a día. Puede ayudar a su hijo invitando a otros niños a jugar en su casa. O simplemente platicar acerca de cómo él o ella puede invitar a otro niño a jugar en el recreo: “¿Quieres jugar conmigo?” Recuérdele que a veces el otro niño le va a decir “no” y en ese caso puede invitar a otro amigo a jugar.
- Inventar una manera para que su hijo siempre lleve algo de usted consigo. Esto puede ser un beso o un abrazo que siempre le da antes de salir por la mañana. O puede ser algo pequeño que guarde en su bolsillo. Una amiga mía y su hija llevaban pulseras que hicieron la una para la otra. Cualquier cosa funcionará que le recuerda a usted y cuánto lo quiere. (Asegúrese que no sea algo que puede crear una distracción en la clase.)
- Preguntar si su hijo necesita apoyo extra en lo académico. Los niños saben bien cuándo están aprendiendo algo más rápido o más lento que sus amigos. Si las cosas no tienen sentido para su hijo y siente que se está quedando atrás, esto puede causar que no quiera ir a la escuela. Entonces, cuando hable con su maestro, pregunte si le serviría más apoyo en alguna parte de su aprendizaje. Quizás el maestro le puede dar unas tareas extras para su hijo. También existen muchos recursos de apoyo académico en el internet.
Entonces, si a su hijo no le gusta la escuela hay varios pasos que se pueden tomar para solucionar las dificultades antes de que sean demasiado grandes. Comuníquese con el personal de la escuela. Y siempre, si su hijo realmente se siente mal, visite su pediatra. Su médico le puede sugerir otros recursos si su hijo se siente demasiado ansioso o si las estrategias mencionadas no funcionaron.
Recuerde, los sentimientos de su hijo acerca de la escuela pueden cambiar. Tenga una actitud positiva acerca de la escuela. Comparta lo que a usted le gustó acerca de la escuela y recompensar a su hijo por ir a la escuela y hacer su mejor esfuerzo. ¡Un día puede escucharle decir que la escuela es su lugar favorito!