Si usted es padre o maestro, a lo mejor le parece que la pasa pidiéndoles a los niños que presten atención. Cuando les damos direcciones, enseñamos, buscamos la participación activa, o incluso cuando tratamos de tener una conversación con nuestro niño o niña después de la escuela, puede ser muy difícil lograr que los niños nos escuchen. A veces se nos olvida que la escucha activa es una habilidad que hay que practicar. Al igual que atar los zapatos, aprender las letras, o expresar sus emociones de una manera positiva, los niños pueden aprender y mejorar su habilidad de escuchar activamente. Y ¡vale la pena! La escucha activa ayuda a los niños a aprender, comunicarse mejor, y ser buenos amigos porque les ayuda a reconocer sus propias necesidades, reflexionar sobre ellos, y expresar lo que necesitan.
En todo lo que enseñamos a los niños, el primer paso, y el más importante es modelarlo. Modele la escucha activa al participar en conversaciones sin distracciones, dejando a un lado su celular cuando le habla su niño o niña, haciendo preguntas que clarifican, y repitiendo las frases importantes.
También puede ser útil proporcionar a los niños algunos pasos concretos para la escucha activa. En KITS, nos encanta “escuchar con el cuerpo entero” durante los cuentos o las lecciones. Usamos la frase, “Denme cinco: 1) sus ojos me miran 2) las voces apagadas 3) los cuerpos calmados 4) sus oídos me escuchan, y 5) listos para aprender.” Estos recuerdos se pueden adaptar a la tarea o a la capacidad del niño.
Vea la lista a continuación para seis maneras divertidas de practicar en la clase o la casa las habilidades de la escucha activa.
- 1. Simón dice: Este juego clásico permite a los niños a practicar la escucha activa al prestar plena atención a las direcciones que se les dan y usar la información (“Simón dice, tócate la cabeza”) para tomar una decisión.
- Contar cuentos pochoclos: En el cuento pochoclo, cada persona toma su turno para agregar al cuento que el grupo va construyendo juntos. La primera persona puede empezar con una frase como “Una vez vivía un dragón morado enorme…” y la siguiente persona tiene que usar sus habilidades de la escucha activa para incorporar lo que acaba de escuchar en lo que agrega al cuento. Esta actividad se puede ampliar con tarjetas de dibujos o dardos especiales con palabras de cuento.
- El teléfono descompuesto: Otro juego clásico de niños que proporciona la oportunidad de escuchar plenamente, reflejar, y repetir lo que creen haber escuchado. Los participantes se alinean hombro con hombro y la persona que se encuentra al principio de la línea susurra un mensaje a la siguiente persona. Esta persona se lo comunica en igual forma a quien está a su lado, y así, de manera consecutiva, hasta que el mensaje llegue al último participante. Una vez susurrado a la siguiente persona, el mensaje no se puede repetir. El último jugador dice en voz alta el contenido del mensaje tal como le ha llegado, lo cual puede resultar gracioso al compararla con el mensaje original.
- 20 preguntas: En este juego, la persona a quien le toca piensa en un objeto que los otros participantes deben adivinar. Pero sólo pueden hacer 20 preguntas de respuesta sí o no para averiguar cuál es el objeto. Este juego hace que los niños piensen en la información anteriormente compartida, juntando todo para hacer la mejor pregunta que les otorgará la máxima cantidad de información.
- ¿Te diste cuenta?: Me encanta esta actividad porque se adapta fácilmente a una amplia gama de edades. En una versión del juego, se presenta una bandeja con varios objetos encima. Muestre a los niños la bandeja de objetos por 10 segundos, cúbrela con una toalla, y luego quite un objeto de la bandeja sin que nadie lo vea. Muestre nuevamente la bandeja y pida a los niños que adivinen cuál objeto está ausente. Esto puede repetirse varias veces. En otra versión divertida de este juego, se le pide a un niño o al maestro, que salga del círculo y espera en un lugar fuera de la vista. Luego pida a los niños que describan exactamente lo que llevaba puesto esta persona. Ambas actividades requieren que los participantes presten atención y practiquen recordar alguna información.
- Fui de compras: Una persona comienza con la frase “Ayer fuimos de compras y compramos…” y agrega una cosa al final. Por ejemplo “Ayer fuimos de compras y compramos cacahuetes”. La siguiente persona repite lo que dijo la anterior y agrega algo más a la lista (por ejemplo, cacahuetes y arroz). El juego continúa hasta que un participante ya no pueda recordar la lista. En una versión del juego la primera letra de los objetos tiene que seguir el orden del abecedario (por ejemplo, aguacate, brócoli, carne, etc.). También puede variar la frase inicial (por ejemplo, Vamos al parque y nos llevamos…).
Al practicar estas habilidades, ¡lo más importante es que se diviertan con sus niños!
[divider type=”standard” text=”Go to top” full_width=”no” width=”1/1″ el_position=”first last”]
Image: © Marzanna Syncerz | Dreamstime.com