Mucho se ha escrito, discutido y debatido sobre el uso del elogio en el salón de clase. Algunas personas piensan que se elogian demasiado a los estudiantes, llevando a expectativas más bajas y menos motivación interna. Sin embargo, algunos estudios indican que los estudiantes no reciben el tipo de elogio que necesitan para tener éxito en la escuela. Como maestro, ¿cómo puede darle sentido a toda esta información contradictoria para decidir cómo quiere apoyar el aprendizaje de sus estudiantes? Ésta es realmente una pregunta compleja y difícil. Aunque cada escuela, clase, maestro/a, y estudiante es diferente, hay formas de utilizar el elogio para animar el desarrollo y aprendizaje positivos. Aquí hay algunas sugerencias útiles.
- Emparejar el elogio con el esfuerzo del estudiante. Los maestros no necesitan elogiar cada comportamiento positivo que ven. De hecho, el sobreuso del elogio puede rápidamente disminuir su significado y eficacia. El elogio tiene más impacto cuando se usa para reconocer un gran esfuerzo o el éxito en una tarea difícil. Por ejemplo, si sabe que un estudiante que típicamente batalla para prestar atención durante una lección, trabajó muy duro para seguirle, usted podría decir algo como, “¡Muy buen trabajo fijándome los ojos y guardando silencio durante toda la lección! ¡Aprecio mucho su esfuerzo!”. Al decidir si el esfuerzo de un niño merece su elogio, es importante recordar que cada estudiante posee fortalezas distintas y enfrenta desafíos distintos. Así que, llegar a conocer las habilidades únicas de cada estudiante le ayudará a adaptar el elogio para apoyar el aprendizaje y desarrollo de cada uno.
- Proveer elogios específicos para mejorar el aprendizaje. El elogio que nombra el comportamiento positivo es más efectivo que el elogio no-específico para ayudar a los estudiantes a aprender y utilizar nuevas destrezas. En vez de usar una frase ambigua como, “Bien hecho”, puede hacer que el elogio sea más específico diciendo “Bien hecho levantando su mano y esperando a que yo te llamara para hablar”. El nombrar claramente los esfuerzos, habilidades y comportamientos específicos de un estudiante le ayuda a recordarlos y volver a repetirlos.
- Elogiar los esfuerzos de un estudiante en vez de sus habilidades innatas. Es importante enfocar el elogio en el proceso de aprender y el esfuerzo del estudiante en vez de su habilidad innata. Por ejemplo, en vez de decir “Hiciste un buen trabajo en esta tarea. ¡Eres tan inteligente!”, elogie el esfuerzo que hizo el estudiante con frases como “Trabajaste muy duro para completar esta tarea. ¡Te felicito!” Al elogiar el duro trabajo y esfuerzo de este estudiante, su maestro está reforzando la idea de que podrá tener éxito nuevamente en el futuro cuando enfrenta una tarea retadora. ¡Qué buena manera para promover la autoeficacia y autoestima, y a la vez aumentar la motivación! Cuando los maestros elogian el esfuerzo, están motivando a los estudiantes a trabajar duro y enfrentar desafíos que promuevan el aprendizaje en la escuela y más allá.
- Emparejar el elogio a las preferencias del estudiante. Todos los maestros saben que cada estudiante tiene una personalidad única y preferencias distintas. Por eso, para ser más efectivo, los maestros deben utilizar una variedad de elogios de varios tipos. Algunos estudiantes pueden motivarse con elogios sutiles y privados como un guiño del ojo, un gesto con la cabeza, o una sonrisa. Incluso podría escribirle una notita divertida para reconocer el esfuerzo de un estudiante muy trabajador. Otros estudiantes disfrutan de elogios más públicos como un reconocimiento delante de la clase. Lo bueno del elogio es que se puede individualizar para usarse con una gran variedad de estilos de los maestros y los estudiantes. Entonces, ¡sé creativos! Fíjense en lo que motiva y anima a cada uno de sus estudiantes.
- Elogiar lo que quiere ver más en el futuro. Elogie las habilidades, comportamientos y esfuerzos que quiere ver más en sus estudiantes. En vez de gastar su tiempo diciéndoles a los estudiantes lo que no deben hacer, diciendo cosas como “No grites”, “No corras”, o “No hablen”, trate de pasar más tiempo en reconocimiento de las cosas que quiere ver más. Déjeles saber que tienen su atención positiva tomando tiempo para elogiar sus éxitos. Puede decir “Gracias por usar su voz baja” o “Me gusta mucho que camines con los pies calmados”. El pasar su tiempo motivando el buen comportamiento en los estudiantes es más placentero tanto para usted como para ellos. También ayuda a los maestros a desarrollar una relación cálida y de apoyo con sus estudiantes que les ayudará a crecer y aprender a través del tiempo.
¡El elogio permite a los maestros a promover el crecimiento positivo en los estudiantes mientras a la vez ayuda a los estudiantes a desarrollar un sentido de aprecio por sus propios esfuerzos y logros! El elogio ayuda a los niños a dominar habilidades académicas y expectativas escolares. También les motiva a seguir con las tareas difíciles y puede aumentar la autoestima. Sobre todo, ¡usar el elogio efectivo con sus estudiantes puede ayudarles a empezar bien el nuevo año!