Ya llevamos 4 meses un una semana del 2018. ¿En qué situación se hallan sus resoluciones de año nuevo? Para muchas personas, la motivación para seguir con las metas que se propusieron al inicio del año empieza a decaer ya en febrero. (¡Ih!) Si usted es uno de los afortunados que ha persistido con sus metas hasta el momento, ¡felicitaciones! Estamos muy impresionados.
Para los demás, puede que estemos sufriendo una caída en nuestra determinación a seguir con nuestras metas y resoluciones. Y para aún más de nosotros: “¿cuáles metas y resoluciones?” ¡El cambio es difícil para todo el mundo! Este mes vamos a revisitar el tema que tocamos en enero: la motivación y cómo hacer cambios y seguir adelante.
Formar nuevos comportamientos: Los hábitos
Una de las maneras más efectivas y eficientes de desarrollar nuevas habilidades y comportamientos, en nosotros mismos y en nuestros niños, es la de crear nuevos hábitos. A lo mejor se ha preguntado, ¿cómo voy a mantener la motivación necesaria para seguir con este cambio? Si quiere motivarse a hacer más ejercicio, comer más sano, conectar más con sus amigos, o cualquier otra resolución, al convertirla en un hábito, reduce la cantidad de motivación necesaria para persistir con la meta. Esto es de gran ayuda en los momentos cuando se siente muy cansado/a o no tiene ganas de hacerlo. Si hacer ejercicio después de salir del trabajo o reunirse con amigos más a menudo es simplemente lo que se hace (porque se ha convertido en un hábito), se le quita la batalla de decidir si lo hace o no: simplemente lo hace. Más adelante este mes, vamos a hablar más detalladamente sobre cómo los adultos pueden usar los hábitos para fortalecer la motivación. Pero, para hoy hablaremos sobre cómo puede ayudar a su niño o niña a formar nuevos hábitos al enseñarle de antemano.
Un hábito es algo que repetimos con tanta frecuencia que se vuelve una cosa que hacemos sin pensarlo mucho. Una gran parte de lo que los niños aprenden se hace al convertir un comportamiento nuevo en un hábito. Mira a ambos lados antes de cruzar la calle, abróchate el cinturón de seguridad al entrar en el carro, cepíllate los dientes antes de acostarte, pide al otro niño que comparte el juguete contigo en vez de arrancárselo, ponte la ropa interior antes del pantalón, y muchas cosas más. Y ¿cómo aprendemos estos hábitos? Cuando los adultos nos dicen y nos muestran qué hacer y se nos recuerdan cada vez que estamos en la misa situación, llega un momento en que ya no hace falta que nos recuerdan, porque se ha convertido en un hábito.
Formar nuevos comportamientos: Enseñar de antemano
Enseñar de antemano es cuando les dejamos saber a los niños, de antemano, lo que va a suceder, lo que pueden esperar, y cómo comportarse de acuerdo a la situación. Enseñar de antemano se usa frecuentemente para ayudar a los niños a cambiar de una actividad a otra, sobre todo cuando esto no es fácil para ellos, por ejemplo, dejar el parque (¡divertido!) para volver a la casa (menos divertido). Enseñar de antemano es una buena estrategia para ayudar a los niños a hacer algo que frecuentemente es difícil para ellos: prepararse para dejar de hacer lo que están haciendo y empezar a hacer algo diferente. No solamente les ayuda a cambiar de una actividad a otra, sino que también aumenta su habilidad de auto-regulación para que eventualmente puedan hacer estas transiciones difíciles por sí mismos, sin tanto esfuerzo. Cuando enseñamos de antemano, estamos ayudándolos a formar el hábito de hacer transiciones suaves.
También podemos enseñar de antemano para ayudar a los niños a desarrollar un nuevo comportamiento o cambiar un hábito viejo. Imagine si tuviera un entrenador personal que le siguiera todo el día y cada vez que fuera a comer le recordara de su meta y le motivara a seguir tomando decisiones sanas. “Va a entrar en ese restaurante. Recuerde que está tomando decisiones sanas. Cuando pide su comida, va a pedir la ensalada con medio sándwich. ¡Sé que puede hacerlo! ¡Se va a sentir tan bien cuando toma esa decisión inteligente!” Con tales recuerdos y motivación, ¡sería mucho más fácil seguir con el nuevo comportamiento hasta que se volviera hábito! De igual manera, cuando enseño de antemano para ayudar a un niño a formar nuevos comportamientos, me considero como su entrenadora personal. Le ayudo a recordar lo que va a hacer, y le motivo a tomar buenas decisiones, incluso cuando sea difícil.
Cómo enseñar de antemano
- Piense en lo que quiere que HAGA su niño o niña. Digamos que quiere que su niño deje de salir del carro como una explosión, corriendo a alta velocidad por el estacionamiento hacia la tienda. El primer paso es pensar en lo que quiere que HAGA su niño o niña. Si le digo a usted, “no piense en un elefante morado… “a lo mejor lo hizo de todos modos, pensó en un elefante morado. En vez de decir a los niños lo que NO queremos que hagan, es importante recordarles lo que sí queremos. Entonces, en este ejemplo podría ser: quiero que mi niño espere hasta que le abre la puerta del carro, y luego camine tranquilamente conmigo (quizás de la mano) hacia la tienda.
- El momento oportuno. El enseñar de antemano es más efectivo cuando se hace justo antes de que vaya a suceder el nuevo comportamiento (para intervenir antes de que el niño o niña empiece a hacer algo diferente de lo que usted quiere), pero no tan adelantado que olvide lo que le dijo. Algunos niños podrían beneficiar de una conversación acerca del nuevo comportamiento con mucha anticipación para luego usar la técnica de enseñar de antemano como recuerdo. En nuestro ejemplo, quiero que mi niño aprenda un nuevo comportamiento para cuando llegamos a la tienda. Podría usar la técnica de enseñar de antemano en camino a la tienda, antes de entrar en el estacionamiento.
- Enseñar de antemano el nuevo comportamiento. Avise a su niño o niña lo que va a pasar y cómo comportarse.
- Vamos a ir a la tienda.
- Cuando nos estacionamos, quiero que esperes hasta que te abre la puerta del carro. Cuando te abro la puerta, vamos a caminar juntos, tranquilamente y de manera segura, a través del estacionamiento.
- Eres un niño grande, ¡sé que vas a poder tomar una buena decisión!
Primero, aviso a mi niño lo que va a suceder, luego le digo claramente QUÉ HACER, y en este caso, agregué un elogio al final que aumentará la probabilidad de que me haga caso. Si el comportamiento es particularmente difícil, el niño podría ganarse algo pequeño al caminar de una manera segura por el estacionamiento, para premiar su esfuerzo. Ahora, cada vez que vamos a la tienda, enseño de antemano lo que va a suceder, y cómo quiero que se comporte mi niño, hasta que se establezca como el nuevo hábito para entrar en la tienda.
Cuando usa la técnica de enseñar de antemano para ayudar a su niño o niña a aprender comportamientos nuevos, eventualmente esta enseñanza se convertirá en un recordatorio preventivo, y luego llegará a ser un hábito que hace por sí mismo, sin recordatorios. ¡Bien hecho! Mire a usted, criando a sus niños como un profesional. Visítenos nuevamente para más tips y trucos para aumentar la motivación y formar mejores hábitos.