3 maneras de ayudar a su niño o niña a construir la resiliencia

Cuando hablamos acerca de la resiliencia, nos refirimos a la capacidad de enfrentarse a los retos y cambios de la vida sin dejar que le derrumben, e idealmente, lograr un resultado positivio. Tener resiliencia ante los retos no quiere decir que no le afectan, que no se siente disgustado/a, o que no experimenta dificultades en el camino. Quiere decir que los desafios no le aplastan. No se da por vencido/a ni se agrava ante las dificulatades y adversidad. También es cierto que no todos responderán a la misma situación con la misma resiliencia. Todos tenemos capacidades distintas en cuanto a la resiliencia ante los estresores, y esto tiene que ver con nuestras experiencias de vida tempranas.

La capacidad de resiliencia empieza a construirse a través de nuestras relaciones y experiencias tempranas, las cuales afectan al desarrollo del cerebro, la expresión genética, y la capacidad de resiliencia ante la adversidad. Los niños necesitan relaciones seguras y receptivas con personas que apoyan su desarrollo y el manejo de sus emociones y fomentan destrezas de la resiliencia en el pensamiento. Como la resiliencia es una habilidad, podemos seguir aumentándola en nosotros mismos y también en nuestros niños.

Hoy vamos a hablar brevemente sobre tres áreas importantes de la resiliencia:

  1. Relaciones sociales que proporcionan apoyo
  2. El manejo de las emociones
  3. Resiliencia en el pensamiento

Relaciones sociales que proporcionan apoyo. Para los niños que han sufrido experiencias traumáticas y un alto nivel de estrés, el tener una relación segura y receptiva con la persona responsable de su cuidado es un factor muy importante. Los niños deben contar con adultos que proporcionan un sentido de seguridad y los dejan saber que son queridos y valorizados. Los adultos también deben proporcionar la estructura y consistencia que necesitan los niños para sentirse seguros. Esto les ayuda a saber qué esperar de los adultos y también que sus necesidades van a ser satisfechas por un adulto que se preocupa por ellos. Relaciones seguras no solamente protegen a los niños cuando se enfrentan a la adversidad y estrés, sino que también promueven la habilidad de los niños de florecer y construir su propia red social y resiliencia.

  • Es sumamente importante dejarle saber a su niño o niña, a traves de sus acciones y palabras, “Yo te miro, yo te escucho, estoy aquí para ti”. Esto ayuda a desarrollar su sentido de seguridad y forma la base de su resiliencia. Hacemos esto cuando damos a los niños nuestra atención completa y los escuchamos y apoyamos, en los buenos y malos momentos.
  • El establecer rutinas consistentes y predecibles también apoya la resiliencia de los niños, sobre todo durante los cambios o momentos de alto estrés. Cuando el resto de su vida y rutina es predecible, estos niños pueden dedicar más esfuerzo a hacer frente a los estresores difíciles o impredecibles.

El manejo de las emociones. Cuando los niños están en situaciones en las cuales tienen que apoyarse en su resiliencia, el primer paso es el poder manejar sus emociones y reacciones ante las situaciones difíciles. Esto no quiere decir que no deben sentir emociones negativas. Al contrario, quiere decir que los sentimientos no los invaden, dejándolos sin esperanza ni capacidad de hacerlas frente, o provocando reacciones violentas. Este aspecto de su desarrollo es muy importante y hemos escrito otras entradas de blog aquí  acerca de cómo construir destrezas para el manejo y regulación de las emociones. Los niños que han experimentado experiencias adversas o trauma pueden tener deficiencias en el desarrollo cerebral y su habilidad de manejar sus emociones o reaccionar de una manera positiva. El aprender habilidades efectivas para hacer frente a las dificultades es un paso esencial para la resiliencia.

  • Como madres, padres, y otros adultos responsables del cuidado de los niños, podemos ayudarles a manejar los sentimientos fuertes al:
    • Aprender a tomar respiraciones profundas y otros ejercicios de la respiración que nos puedan tranquilizar
    • Usar palabras que ayudan a llevarse bien con otros, conseguir ayuda, o resolver problemas

Alejarse de las situaciones estresantes para ayudar a manejar las emociones y reacciones

  • Aprender cómo interpretar las emociones de los demás de una manera positiva
  • El replantear experiencias también puede ser un paso importante para ayudar a los niños a tener resiliencia. Frecuentemente es difícil para los niños no interpretar los accidentes como algo personal (otro niño derriba sus bloques y piensa que es un ataque intencional), o atribuir una intención negativa a las acciones de los demás. Podemos enseñar a los niños a entender la diferencia entre las conductas intencionales y accidentales, y aprender a interpretar las emociones e intenciones de otras personas, lo cual les puede ayudar en varias situaciones.

El desarrollo de la resiliencia en el pensamiento: entrenar a los niños a pensar de una manera enfocada en las soluciones. Un factor importante para la resiliencia emocional es tener un sentido de control sobre la situación. El entender que una situacion estresante no es permanente, y que uno tiene la capacidad de encontrar soluciones o mejorar sus habilidades, puede ser de gran ayuda. Esto no quiere decir que deberíamos sentir que podemos cambiar la situación por completo, solamente que hay cosas dentro de nuestro poder que nos pueden ayudar a hacer frente a una situación o superar una dificultad. Cuando sabemos que nuestro niño o niña está batallando con una situación difícil, es normal querer quitarle los sentimientos negativos. Podríamos abrazarlo/la, demostrar nuestra preocupación, o tratar de solucionar el problema por él o ella. O podríamos hacer lo opuesto, queriendo hacerle fuerte al decirle que “todo está bien” y “no te sientas triste”. En cambio, podríamos escucharles, ayudarles a nombrar tranquilamente lo que están sintiendo, y audarles a pensar en lo que podrían hacer al respecto. En efecto, se les está comunicando, “Yo te miro, yo te escucho, tus penasamientos y sentimientos son importantes, y estoy aquí para ayudar”. Si bien no podemos eliminar el estresor, sí podemos enseñar a nuestros niños a aumentar su capacidad de resolver problemas y manejar situaciones estresantes, y practicar visualizar las dificultades como retos a abordar en vez de sentirse desamparado ante las derrotas.

Una de las maneras más útiles para enseñar a nuestros niños a tener resiliencia es modelarla nostotros mismos. Podemos pensar en voz alta para explicar lo que estamos haciendo. Cuando practicamos el pensamiento enfoado en la solución durante momentos estresantes, ayudará a establecer el hábito para cuando las cosas se pongan realmente difíciles.

  • Podría decir algo como, “Me está costando mucho seguir estas direcciones y me siento muy frustrado/a. Esto no es tan fácil como había pensado, pero no me voy a dar por vencido/a. ¿Qué puedo hacer para que sea más fácil, o para mejorar esta situación? Podría tomar un descanso y volver a intentarlo cuando me sienta más calmado/a, o pedir ayuda para entenderlo mejor. Voy a pedirle ayuda a mi amiga. Ella sabe más que yo sobre esto y me puede ayudar a entenderlo.”
  • O podría hablar acerca de un momento cuando algo no le salió como quería. En vez de verlo como un fracaso, miró la pantalla grande y se dio cuenta que simplemente tenía más que aprender, o debía encontrar otra manera de hacerlo. Cuando logramos enfocarnos en los pasos pequeños que se nos acercan a nuestro objetivo, en vez del hecho de no haberlo alcanzado todavía, nos ayudará a tener más resiliencia, enfocándonos en las soluciones y el esfuerzo que estamos haciendo, en vez del fracaso.

Todos desarrollamos capacidades diferentes de la resiliencia, en base a nuestras experiencias y el apoyo que recibimos. La buena noticia es que podemos seguir construyendo sobre esta base, incluso de adulto. Con duro trabajo y consideración, todos podemos empezar a aumentar nuestras propias habilidades, y las de nuestros niños y niñas, para que todos tengamos más resiliencia.

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Image: © Vladislav Zhukov | Dreamstime.com

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