Ayudar a los niños a aumentar su auto-control

“¡Cálmate!”, “¡No hagas eso!”. Estas son cosas que los adultos dicen todo el tiempo a los niños. Lo que realmente quieren decir es “¡Contrólate!”. Y el auto-control no es nada fácil para los niños. Incluso es difícil para los adultos. Piense en un momento cuando usted realmente quería algo, como por ejemplo el choco flan esperándole en la cocina. Pero sabía que debería hacer algo diferente, como comer unas zanahorias. ¿Cómo logró aguantarse? Tuvo que buscar una manera para detenerse de hacer la cosa más atractiva (o más fácil) para hacer la cosa más difícil.

La habilidad de hacer esto se llama control inhibitorio. Y es fundamental para muchas cosas en la vida. Es importante para las interacciones sociales. Piense en lo que sucedería si hiciéramos lo primero que se nos ocurre, como gritar o pegar, cada vez que alguien se mete en nuestro camino. En vez de gritar o pegar tenemos que tomar una respiración profunda y decir, “Perdón” con una sonrisa linda. Los niños tienen que usar las mismas habilidades con sus compañeros. Si otro niño le quita un juguete a su niño, a lo mejor prefiere que su niño diga, “Por favor, devuélveme el carro” en vez de pegarle al otro niño.

También tenemos que usar el control inhibitorio cuando nos concentramos en una tarea que quizás parece aburrido o difícil, como limpiar las canaletas de su casa, en vez de hacer algo más lindo o más fácil como leer el libro entretenido que se encuentra a lado de su tumbona. Muchas veces les exigen a los niños que hagan cosas difíciles en la escuela, como concentrarse en las palabras que están aprendiendo a leer. En tales situaciones, necesitan el control inhibitorio para detenerse de hacer algo más fácil, como hablar con sus amiguitos.

Entonces, se nota cómo el control inhibitorio es una habilidad muy importante para muchas cosas en la vida de los niños (y los adultos). Lo interesante del control inhibitorio es que necesita mucho tiempo para desarrollarse. La parte del cerebro que “maneja” el control inhibitorio se llama la corteja prefrontal. (A veces se le dicen “lóbulos frontales” también.) Esta parte del cerebro sigue desarrollando hasta la adultez temprana. Entonces, no podemos esperar que ni los niños, ni los adolescentes hayan dominado esta habilidad.

Podemos pensar en el control inhibitorio como un músculo (como hicimos con la atención la semana pasada). Así que, con más ejercicio, el control inhibitorio se va creciendo. Asimismo, como la mayoría de los músculos, el control inhibitorio no actúa solo. Los músculos se apoyan por otros músculos y huesos. El control inhibitorio se apoya por otras destrezas, como la memoria y la habilidad de resolver problemas. Entonces, cuando un amigo le quita un juguete a su niño, él primero tiene que recordar que usted le ha dicho que no pegue a sus amigos (usando la memoria). Luego tiene que detenerse de hacer eso (control inhibitorio). Ahora, tiene que pensar en algo más que puede hacer, como decir, “Por favor, devuélveme eso” (resolución de problemas). ¡Uf! Éstas son muchas habilidades.

Entonces, ¿cómo ayudamos a los niños a practicar el control inhibitorio? Hay varias cosas (divertidas) que pueden hacer:

  • Jugar al “Simón dice” – Este juego ayuda a los niños a desarrollar el control inhibitorio porque tienen que detenerse de hacer cualquier mandado que no empiece con “Simón dice…” También tienen que recordar las reglas, así que aumenta la memoria operativa.
  • Enseñar a su niño/a cómo distraerse – A veces los niños pueden detenerse de hacer algo que realmente quieren hacer, como ver un regalo antes de lo debido, con distraerse. Hábleles sobre cómo pensar en otras cosas en vez de pensar en lo que quieren, pero no deben, hacer. Quizás pueden inventar una rima o una canción para ayudar a su niño/a a enfocarse en algo diferente a la cosa “prohibida”.
  • Ayudar a su niño/a a pensar en comportamientos alternativos – Si quiere que su niño/a evite hacer alguna cosa, tiene que darle otras cosas que hacer. Por ejemplo, si el primer impulso de su niña, al escucharle decir, “Es la hora para dormir” es gritar “No” fuertemente, y quiere que deje de hacer eso, tiene que darle algo distinto que hacer. Por ejemplo, quizás prefiere que tome una respiración profunda e ir a escoger un cuento para leer antes de acostarse. Dígale lo que quiere y luego practique el comportamiento con recompensas positivas cuando lo hace bien.
  • Darle consistencia y rutinas a su niño/a – Las investigaciones científicas muestran que cuando los niños saben qué es lo que va a suceder y tienen padres que responden consistentemente a su comportamiento, tienen más control inhibitorio y auto-regulación. Esto quiere decir que si usted le informa a su niño/a que algo va a suceder, como ir a la tienda, entonces deben ir a la tienda (si no sucede algo muy grave). O si le dice a su niño/a que va a guardar su pelota si la rebota otra vez en la casa, y otra vez lo hace, necesita guardar la pelota. Cuando los niños saben lo que pueden esperar y cuáles son las reglas, es más probable que sigan las reglas y desarrollen su control inhibitorio.
  • Modelarlo – Cómo siempre decimos, una de las mejores formas de enseñar una habilidad a su niña es dejar que ella lo ve a USTED hacerlo. Así que, la próxima vez que quiere decir algo feo a alguien que se choca con usted, pero en vez de hacerlo, se sonría y dice “Perdóneme”, cuéntele su experiencia a su niño/a. Y cuéntele CÓMO se detuvo de ser antipático. Quizás contó a 10 o tomó una respiración profunda. Demuéstrele cómo.

El control inhibitorio es una habilidad importante para la auto-regulación. Entonces,  la siguiente vez que quiere decirle a su niño/a “¡Para!”, recuerde que no es tan fácil como suena. Pero juntos, pueden aumentar la habilidad en ambos usted y su niño/a.

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Image: © Photographerlondon | Dreamstime.com

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