Como hemos dicho todo este mes, fijar límites y establecer un equilibrio entre los límites y la motivación, son herramientas importantes para ayudar a los niños a sentirse seguros y desarrollar comportamientos sanos. Sin embargo, fijar límites no es una tarea fácil. Es estresante, complicada, y a veces exasperante. ¿Cómo va a poder fijar un límite efectivo cuando su niño está llorando tan fuerte que apenas se escuchan sus propios pensamientos? ¿O tratando de hacerle reaccionar? ¿O haciendo su décimo berrinche de la mañana? Fijar límites es realmente duro, pero también esencial para que los niños aprendan habilidades pro-sociales que les ayudarán para toda la vida.
Una estrategia efectiva es la de tomar un descanso. Aquí hay algunas sugerencias para cómo enseñar a sus hijos a tomar un descanso para ayudarles a aprender habilidades positivas y reducir comportamientos difíciles.
Usar los descansos solo para comportamientos destructivos o que interrumpen. El primer paso es definir cuáles comportamientos resultarán en que su hijo o hija tome un descanso. El descanso debe usarse solamente para comportamientos destructivos o que interrumpen, como pegar o no seguir direcciones. Cuando se usa demasiado, el descanso puede parecer un castigo a los niños y pierde eficacia para los padres. Por eso, debe usarse solamente para comportamientos muy problemáticos y equilibrado con mucha motivación y redirección.
Tener un lugar seguro para tomar un descanso, sin distracciones, cosas de valor, o cosas que podrían lastimar al niño. También es importante identificar un lugar específico para que su hijo o hija tome un descanso. El lugar que escoge debe ser tranquilo y sin distracciones, cosas de valor, o cosas que podrían lastimar al niño. Puede ser una silla en la esquina del comedor o un banquito al fondo del pasillo. Además, asegúrese de poder vigilar de lejos el sitio para saber que su niño este seguro. Aunque es común que los niños tomen su descanso en sus dormitorios, quizás no sea tan efectivo porque muchas veces tienen varias cosas divertidos e interesantes. Si es necesario usar el dormitorio del niño para tomar su descanso, trate de hacer un plan para rápidamente quitar todas las cosas que podrían entretener al niño.
Pensar en el descanso como un lugar para calmarse. En vez de usar el descanso como un castigo, piénselo como una oportunidad para ayudar a su niña a calmarse cuando está molesta, enojada, o desregulada. La mayoría de los adultos hemos aprendido maneras para mantener control sobre nuestros comportamientos y emociones durante situaciones difíciles. Imagine qué tan difícil sería la vida si tiráramos una silla al jefe cada vez que nos frustramos o si hiciéramos un berrinche cada vez que no conseguimos lo que queremos. Al contrario, aprendimos como alejarnos de estas agravaciones y calmarnos. Con la práctica, tomar un descanso enseña esta misma habilidad a su niña. Le aleja de la situación difícil para sentarse en un lugar sin distracciones donde puede recuperar control sobre sí misma, calmar sus emociones, e intentar otra vez.
El tomar un descanso hace borrón y cuenta nueva. Una vez que su niño haya tomado exitosamente su descanso, es importante empezar de nuevo. Pensar y hablar demasiado sobre el comportamiento problemático o volver a hablar sobre equivocaciones pasadas solo empeora la situación y reduce el sentido de su niño de poder hacer bien las cosas. Cuando el descanso se acaba, agradezca a su niño por haber tomado un buen descanso y ayúdele a saber cómo volver a comportarse bien. Podría ser algo así: “Gracias por tomar un buen descanso. Puedes volver a jugar con tu hermano con el cuerpo calmado y la voz calmada.”
Animar a su niño por su buen comportamiento lo antes posible después de tomar el descanso Equilibrar los descansos con muchos ánimos y motivación ayuda a que sea una estrategia más efectiva para fijar límites. Esté al tanto de comportamientos positivos después de que su niña tome su descanso y reconózcalo de inmediato. Por ejemplo, podría agradecerle a su niña por usar sus ‘manos seguras’ para acariciar al perro, su ‘cuerpo calmado’ para jugar con sus amigos, o ‘palabras amables’ para hablar con su hermano. Esto le deja saber que ella le importa y que usted cree en su habilidad de usar comportamientos positivos, aun que necesite tomar un descanso de vez en cuando. Tomar un descanso no es gran cosa, solo quiere decir que su niño debe calmarse, tomar unas respiraciones profundas, e intentar de nuevo. De hecho, al describir el descanso de esta manera a su niño y practicar tomar un buen descanso algunas veces antes de usarlo como una estrategia para fijar límites, reduce el estrés y ansiedad para todos.
Cuanda le dice a su hijo o hija que tome un descanso, evite usar palabras o acciones negativas, palabras que aíslan socialmente o que lastiman. Finalmente, es muy importante no usar el descanso de una manera negativa o que lastima. Evite decir cosas como, “Eres malo, no quiero verte. Tome un descanso” o “Aléjate de aquí. Toma un descanso.” Usar el descanso para aislar socialmente o rechazar a su niño le enseña que su comportamiento causa que a los demás no les caiga bien o que otras personas no quieran estar con él. También le comunica que tiene que manejar situaciones complicadas solo, sin apoyo de sus papás. En vez de usar palabras que lastiman, dígale a su niño que está tomando un descanso por comportamiento problemático, no por ser un niño malo. Por ejemplo, podría decir, “No es permitido que le pegues a tu hermano. Tome un descanso.” Tan pronto como vuelva del descanso, dele la oportunidad de jugar exitosamente con su hermano y ofrezca muchos ánimos por un trabajo bien hecho.
Usar estas estrategias puede hacer que tomar un descanso sea una estrategia efectiva de su “caja de herramientas” para ayudar a su niño a aprender y practicar comportamientos apropiados.
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Image: © Verastuchelova| Dreamstime.com