Qué hacer cuando su niño/a no puede dormir

Por dos semanas hemos hablado sobre cómo establecer rutinas de sueño sanas para niños y para sus papás también. Compartimos ideas para rutinas de sueño y cómo enseñar de antemano estas rutinas para que tengan mayor posibilidad de triunfar. Hoy vamos a hablar sobre lo que podemos hacer cuando las rutinas no salen como planeamos y escuchamos las palabras temidas:

“¡No puedo dormir!”

Es una de las quejas más comunes que escuchamos cuando supuestamente deben estar dormidos los niños. ¡No deje que la situación le tome por sorpresa! Planee de antemano lo que hará cuando su niña o niño dice que no puede dormir o se levanta en la noche y le cuesta volverse a dormir. El plan será distinto para cada familia y tendrá mejores resultados si se mantenga firme y persista con lo que decide hacer. Sobre todo al principio, mientras se acostumbren a la rutina, será necesario ser muy decido/a y constante con el plan.

Algunos papás están de acuerdo con que su niño o niña lea o haga otra actividad tranquila en la cama cuando les cuesta dormir. Otras familias encuentran que es difícil para su niño o niña levantarse recuperado/a en la mañana si prenden la luz en la noche, incluso para hacer una actividad tranquila. Es verdad que no podemos forzarles a dormir a los niños, pero sí podemos hacer claro nuestra expectativa de que se queden en la cama para que puedan descansar y recuperarse de todo lo que ocurrió durante el día.

Al establecer la nueva rutina de sueño de nuestra familia, mis niños se quejaban de que no podían dormirse. Tomé la decisión de mantenerme firme en mi respuesta, “No tienes que dormir, pero sí tienes que quedarte acostado y quieto en la cama para que descanse tu cuerpo y tu mente.” No faltó mucho para que se volviera hábito la nueva rutina.

Si su niña o niño necesita más apoyo para poder dormirse o volver a dormirse en la noche, decidan juntos cuál técnica usarán y verifique que tenga todo lo que necesitará ANTES de irse a la cama. Algunos niños pueden escuchar una relajación guiada, hacer un escaneo corporal, o una práctica de respiración y volverse a dormir por sí solos. Si deciden usar una meditación guiada, considere cómo podría arreglarla para que no tenga que usar una dispositiva que pueda distraer o estimular a su niño o niña. Encontrará aquí algunos ejemplos de meditaciones guiadas.

Otras cosas que nos ayudan a dormir bien son: mucho ejercicio o movimiento durante el día, comidas que promueven la salud (¿¡¿sabía que los pistachos y el kiwi son ricos en melatonina?!?), y límites en el tiempo que estén los niños expuestos a las pantallas durante el día y la noche, y a otras fuentes de luz en la noche. También puede hacer ajustes en el entorno de la habitación donde duerme su niña o niño. ¿Hace demasiado calor o frio? ¿Hay cosas que pueden distraerlo/la?

¡Lo más importante es que no se dejen estresar por el tema del sueño! El sueño es un solo componente de un estilo de vida saludable hacia el cual podemos apuntar suavemente. Cada paso que tomamos será un paso hacia el equilibro que necesitamos para sobrellevar las dificultades que nos enfrentan, aquí y ahora.

 

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