En las últimas semanas hemos hablado acerca de algunas habilidades fundamentales para la auto-regulación: la atención y el control inhibitorio. Hemos visto cómo se desarrollan. Y hemos notado que el control inhibitorio y la habilidad de dirigir y sostener la atención pueden tardar mucho tiempo en madurar completamente.
Con tanto tiempo para desarrollarse, es más probable que algo interrumpe el crecimiento óptimo. Entonces, ¿cuáles cosas podrían impedir o frenar el desarrollo de las habilidades de auto-regulación?
- La falta de consistencia en las rutinas y las expectativas de los adultos – Las investigaciones científicas demuestran que cuando los niños experimentan altos niveles de inconsistencia en sus vidas, como tener muchos cambios en las personas que los cuidan, o nunca saber lo próximo que va a suceder, como si habrá alguien en la casa para cuidarlos, su habilidad de auto-regulación sufre. Estos ejemplos son extremos y puede que haga falta inconsistencia bien severa para realmente interrumpir el desarrollo de la auto-regulación. En cambio, sabemos que cuando las expectativas y los límites puestos por los adultos son positivos y consistentes, puede ayudar la auto-regulación.
- Situaciones traumáticas o temerosas – Si un niño se preocupa mucho por su propia seguridad o bienestar, puede ser que no tenga mucho tiempo para desarrollar sus habilidades. El temor puede ser muy abrumador para los niños (y los adultos). Un niño con mucha ansiedad y miedo puede faltar oportunidades para pensar en cómo pararse de hacer lo primero que se le ocurre, sobre todo cuando se siente amenazado.
- Cuando las cosas siempre parecen incontrolables – Si la vida es muy caótica para una niña y faltan rutinas, puede ser difícil para ella practicar la auto-regulación porque siente que no puede controlar nada en su vida. Otra vez, este caso es extremo, pero sugiere que cuando permitimos que los niños tomen decisiones apropiadas para su edad (como qué ropa ponerse), puede contribuir a su habilidad de auto-regulación.
Las situaciones mencionadas son bien extremas. Como padres, trabajamos para proteger nuestros niños del trauma, el miedo, y la sensación de estar completamente fuera de control. Sin embargo, algunos niños, como los que han experimentado abuso o violencia doméstica o han cambiado varias veces de hogar, pueden tener dificultades con la auto-regulación. Esto puede incluir problemas para sentarse quieto o controlar su movimiento, el no poder controlar sus impulsos, no poder esperar su turno, y tener reacciones emocionales extremos (como berrinches largos y bullosos). Es importante reconocer que estas dificultades pueden haber sido causadas por cosas que interrumpieron el desarrollo de su control inhibitorio y otras habilidades. Los niños NO están comportándose mal por decisión propia. Simplemente todavía no tienen la habilidad de regular sus elecciones y comportamientos. Y puede llevar tiempo después de haber experimentado una situación difícil para que sus habilidades se igualen a los demás niños de su edad. Lo bueno es que hay cosas que los adultos pueden hacer para ayudarlos a desarrollar sus habilidades de auto-regulación. La próxima semana veremos algunas maneras para ayudar a los niños que podrían tener dificultades particulares con la auto-regulación.
[divider type=”standard” text=”Go to top” full_width=”no” width=”1/1″ el_position=”first last”]
Image: © Oksana Alekseenko | Dreamstime.com